noviembre 05, 2008

Lo impensable (o casi)



"Nos informan que una avioneta cayó en Periférico y Reforma, cerca de la fuente de Petróleos". Eso escuché justo antes de bajarme del auto para ir a mi clase de Budismo. Y a la mitad de la clase, nos avisaron que el tráfico estaba fatal por ese accidente... y que la avioneta era de la Secretaría de Gobernación. Aaarrrgh. Todos reaccionamos con espanto. Y la primera pregunta: ¿iba el Secretario? No se había confirmado nada en ese momento.
Para cuando salí de la clase, ya se sabían los hechos. Un Learjet caído. Múltiples autos quemándose. El Secretario de Gobernación muerto junto con sus acompañantes. El presidente Calderón pálido y con la voz quebrada a ratos, hablando a la nación. El horror.
Esto no fue un accidente, pensamos todos. No puede ser un accidente. Demasiada coincidencia.


Dejando de lado las especulaciones, lo terrible del caso es que ese era un accidente que tarde o temprano iba a ocurrir. No porque fuera el jet de Gobernación, sino que cualquier avión con una falla catastrófica podría (y puede) caer sobre la ciudad. De hecho, esto ya sucedió hace muchos, muchos años, en Cuajimalpa. Un antiquísimo avión que llevaba caballos, según recuerdo, salió del aeropuerto y acabó estrellándose sobre las casas, en los cerros del poniente de la ciudad. Pero olvidamos rápido, y el aeropuerto de la Ciudad de México ahí sigue, con rutas de entrada y salida que atraviesan la ciudad.
Cuando vivía relativamente cerca del aeropuerto veía los aviones pasar sobre mi casa, y cada vez que regresaba en avión al D.F. me aseguraba de pedir ventanilla, para ver mi casa desde el cielo. Ahí estaba, cerca de Tlapan y junto a un edificio, junto a miles, miles de otras casas y edificios.

Allá en mis lejanos tiempos de controladora de tránsito aéreo estudié cada ruta, cada viraje, cada cambio de altitud y cada procedimiento. Hoy vuelvo a oír en las noticias las voces de controladores y pilotos, las órdenes, las frecuencias de torre y aproximación... y recuerdo que la pesadilla de todo controlador es que se le caiga un avión. Su avión. La aeronave que está dirigiendo.
Y pocas, afortunadamente muy pocas veces, a alguien se le cumple la pesadilla.

Con respeto para las víctimas y profundas condolencias para sus familias.

1 comentario:

FerGil dijo...

Si, era una tragedia esperando a suceder... dentro de todo, pudo ser peor: pudo haber sido un Airbus A320 o algo de ese tamaño o más grande. Ahí si, la lista de defunciones hubiera sido de tres dígitos...

Karma, casualidad, etc. No importa tanto, mientras uno no esté en esa lista, no? :D

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...