julio 26, 2010

¡Siéntate derecha!

Una y otra vez escuché eso durante mi niñez y adolescencia. Una y otra y otra vez me acomodaba en la silla... sólo para quedar desparramada de nuevo unos minutos después. Y ¡oh no, no, no! ahora vuelvo a escuchar esas palabras, pero dichas por mi misma y por mi familia cien veces al día.

Me niego a ser el mítico árbol torcido...

Hace tiempo les compartí mis penas al descubrir que sufro de escoliosis lumbar. Entre esa desviación, los malos hábitos y una vida entera de trabajo de oficina en condiciones mucho menos que ergonómicas me he agenciado una mala postura crónica, que ahora me pasa la factura en forma de contracturas y rigideces que no he podido superar. Me resulta terriblemente frustrante el tratar de hacer ejercicio para sentirme bien, y quedar molida después de una sesión apenas moderada de nado o de ejercicio cardiovascular. Del dolor en la espalda baja he pasado a misteriosos esguinces en los tobillos, una rodilla adolorida, cuello torcido y hombros tensos... afortunadamente no todo me duele al mismo tiempo, de lo contrario ya me habría conseguido un dealer que me vendiera el Vicodin a precio de mayoreo.
La semana pasada volví a visitar al especialista, quien me recetó más terapia física, más y mayores (ouch!) ejercicios en casa y un relajante muscular que debo tomar muy espaciado ya que me afecta el estómago.
Lo más difícil de los ejercicios en casa es estar corrigiendo la postura todo el tiempo. Mi hombro derecho tiende a estar más bajo que el izquierdo, así que el doc me recomendó poner espejos por todos lados para observarme y corregir la postura. Incluso intenté poner uno detrás del monitor de mi compu, pero ante las dificultades de esto decidí usar la tecnología y tener abierta la webcam. De ese modo, en cualquier momento doy un clic y me veo en toda la gloria y esplendor de mi monitor... con el hombrito caído, la cabeza chueca y la cara de no-me-puedo-acomodar-bien. Esto de observarse permanentemente es agotador.
¿En qué momento de mi vida me dí en la torre? Entiendo que ahora sufro los efectos acumulados de años de descuido, pero ¿nunca me ví ni me vieron los hombros desnivelados?, ¿nunca fue notoria mi manera errónea de caminar?... ¿Así de ciega he estado?

Entre las disciplinas de meditación que se practican en el budismo (y entiendo que en el hinduismo también) está la meditación Vipassana, en la que precisamente se trata de observar la naturaleza cambiante de nuestro cuerpo y nuestra mente, observándonos con extrema y puntual atención. Otra de mis grandes frustraciones es sentirme incapaz de permanecer siquiera quince minutos sentada con las piernas cruzadas (ni pensar en hacer una posición de loto o medio loto) para meditar. Observarme a mí misma mientras lucho con mi cuerpo es doblemente agotador. Y ya llegué al límite del cansancio y del hartazgo con esta situación.

Seguiré mi terapia física, pero además trataré de tomar clases sobre la Técnica Alexander, un sistema de posicionamiento corporal que me interesa y que parece ser efectivo en casos como el mío. Ya les contaré. Y si tienen tips para mantener una buena postura, compártanlos plis.

5 comentarios:

Maríaisabel Mota dijo...

Reina, te entiendo perfecto. A mí la lordosis me mata. Me veo al espejo y el hueco que queda arriba de mis prominentes y hermosas nalgas cada día es más profundo y más doloroso. Entre los años, la oficina y la falta de ejercicio...


OK, pregúntale a tu doc, pero a mí me aliviana muchísimo echarme en la cama leyendo antes de dormir con almohadones abajo de las rodillas. Vaya, la espalda pegada al colchón y las almohadas pegadas a las nalgas con las rodillas puestas encima. Como si estuvieras sentada pero la silla estuviera pegada al colchón.

La otra es quitar almohada y dormir con sobagara. Entre más angosta mejor. Así sólo descansarás el cuello.

Espero que te mejores.

Maríaisabel Mota dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ale dijo...

.... en algún curso que tomé,,, el asunto que erase que si te "colgabas" del lado derecho,,, tenías un bloqueo en la relación con tu madre... ¿¿o era el izquierdo??? ... mmmm...algo así,, la terapia de piedras calientes es rica,,,je,, justo me acabo de comprar en chichén mis obsidianas para masaje...

ohhh... es quee... yo tengo 2 hernias de disco,, meniscos,,cadera y yo creo que el cerebro un poco cucho también...mejorate ,, es de poquito en poquito,, hay que tener paciencia... besitosss....

Unknown dijo...

Wooow! Es un post aldo duro de leer, pareciera que estoy viendo tu rostro y el cansancio que esto te produce. Gracias por compartir tu historia, pondré mas cuida en mi cuerpo, lo prometo. Besos y mis mejores deseos.

Ale lu dijo...

ouchh, que te sea leve la terapia y tengas pronta recuperación, y algún tip para la buena postura... mmm... sólo recuerdo el de la cinta masking en la espalda :S que recomendaban las abuelitas para cuando una encorvaba la espalda para ocultar la nueva femeneidad... sorry nada que ver... sólo me acorde...
Un abrazo

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