septiembre 11, 2011

Mi 9/11

Todos recordamos dónde estábamos la mañana del 11 de septiembre de 2001. Todos tenemos una historia. Cómo nos enteramos. Cómo reaccionamos. En algunos el impacto fue temporal, en otros perdura hasta hoy. Habrá quien tenga sus propias teorías, habrá quien simplemente sabe lo que supimos todos a través de la prensa y otros medios.
De todos los horrores de aquel día puedo relacionarme, aunque sea vagamente, con uno de los lugares de la masacre. Me relaciono de igual manera que lo hacen millones de personas que lo visitaron a lo largo de los años. Las imágenes están ahí, congeladas en los álbumes familiares.
Gigantes extrañamente gráciles
Acabo de recapturar esta imagen a partir de su original impreso en papel fotográfico, tomándole una foto con mi actual cámara digital. Al ver las dos torres en la pantalla de mi cámara... ufff... parecía que las estaba viendo otra vez en esa soleada mañana de agosto de hace más de dos décadas. Escalofriante.
Verano de 1989
Y sí, ahí estoy, durante mi primer viaje a Nueva York acompañada de una querida amiga, quien se botó de la risa ante mi muy estudiada pose. No subimos al mirador de las torres porque la cola era larguísima, pero paseamos por la plaza y por el centro comercial subterráneo. Mi primer impulso al seleccionar esta foto fue encontrar también por internet la imagen de la escultura esférica, después del derrumbe de las torres. Recuerdo haberla visto alguna vez, con el metal ennegrecido y abollado, conservando todavía algo de su forma original. No tengo las agallas ni el estómago para buscarla ahora.

Septiembre 2011, México D.F.
Todos tenemos un recuerdo. Hoy, domingo 11 de septiembre de 2011, en una mañana inusitadamente fría para esta época, me reuní junto con más de 30,000 personas en el Estadio Azul del D.F., para escuchar una plática impartida por S.S. el Dalai Lama, en esta su tercera visita a México. "Hallando la felicidad en tiempos difíciles" se llamó su conferencia. Díficiles en el 2001, difíciles en el 2011. El actor y activista Richard Gere, al presentar al Dalai Lama, refirió también sus recuerdos de la mañana del 9/11 hace 10 años: fue una mañana hermosísima, soleada y cálida, por lo que bajó la capota de su auto y tomó la carretera para ir a un retiro budista fuera de Nueva York, donde vive todavía. La mañana era tan linda que no prendió la radio, por lo que le sorprendió hallar a toda la gente en el centro de retios agobiada y llorando abiertamente. Entonces lo supo. El maestro que impartía el retiro, un Lama a quien yo también he tenido la fortuna de escuchar, los guió durante todos esos días para procesar el dolor y la ira resultante de los tristes acontecimientos. Transformar el enojo, el dolor y la frustración en acciones compasivas y amorosas. Se dice fácil...

Hoy escuchamos al Dalai Lama, mientras los aviones pasaban una y otra vez sobre el estadio. No pude evitar pensar ¿... y si uno de esos aviones...? Pero estábamos ahí, en el ahora, compartiendo un mensaje de no violencia y acompáñandonos codo con codo en el dolor que embarga ahora a todo México. Estábamos en paz, atentos, serenos. Salimos sonriendo. Y los aviones seguían volando.

Con agradecimiento a todos los que hicieron posible la visita del Dalai Lama a México.
Con una apenas naciente compasión hacia quienes se sienten tan heridos que hieren a otros.
Que el mérito que puedan generar mis acciones sea de beneficio para todos los seres.

4 comentarios:

Verónica García dijo...

Que honor estar ayer ahi...
=/ Yo tambien recuerdo como fue mi mañana ese día... estaba lloviendo tanto (esta cd mia es muy extremosa) que por eso pude seguir en la casa vindo las noticias...
Desgraciadamente la violencia que nos esta envolviendo a ratos parece que nos gana... y es tan dificil comprenderlos y da tanto miedo que sean tan jovencitos, pienso yo que si eres capaz de algo siendo adolescente (lo que sea) cuando crezcas esa capacidad crece contigo... da mucho miedo... todavia no llego a comprenderlos, tengo teorias de donde viene todo, pero no comprendo... mucho menos justifico tanta crueldad
En fin...

Ale dijo...

... siii... me acuerdo justo lo que estaba haciendo :(....pero me decidí a fortalecer los recuerdos felices :) que padreeeee que fuiste al estadio :)

Hinotori dijo...

Amén, por las frases finales. Qué suerte tienen por haber recibido al Dalai Lama y haber escuchado sus palabras. Lo más doloroso de las torres, para mí han sido sus secuelas. Me temo que Estados Unidos se ha vuelto paranoico, y en el afán de evitar un nuevo hecho del mismo tipo, nos están tratando al resto de las naciones, y a mucha de la comunidad emigrante que vive dentro de los mismos Estados Unidos, como si fuéramos todos terroristas o narcotraficantes que queremos destruir su país. Ése es, tristemente, el triunfo final de Bin Laden, y por el cual debe de seguro estar riéndose mientras nada en la quinta paila del infierno. No me mal interpreten, entiendo su dolor y su rabia, y puesta en los zapatos de cualquier persona estadounidense, me sentiría igual. Pero tienen que reconocer que cuando un inocente ciudadano va a solicitar una visa cualquiera, lo tratan como si fuera un terrorista. No todos los musulmanes pertenecen a Al-Qaeda, ni todos los latinos somos guerrilleros ni traficamos drogas. Ni todos los venezolanos somos chavistas. Hace falta una persona con mucha luz interior, mucha bondad, compasión y amor, como el Dalai Lama, por ejemplo, para superar eso. Qué suerte que tienes, al poder escuchar sus palabras en persona. Feliz y própero día, Ozer.

mtg dijo...

xoxoxo
maya

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