junio 30, 2013

La farmacia del barrio

Boticas de las de antes...
Durante años viví en un suburbio bastante alejado de la civilización, en donde cubrir cualquier necesidad doméstica requería de cuidadosa planeación... porque no había tiendas, talleres ni otros locales de servicio en muchos kilómetros a la redonda.

Enfermarse un poquitín y no tener algún medicamento básico en la casa era motivo de grandes dramas, pues había que tomar el auto y recorrer una transitada carretera durante 30 minutos para llegar a la farmacia más cercana, que no necesariamente era la mejor surtida. Y luego 30 minutos de regreso, en el mejor de los casos, porque si había camiones pesados subiendo por la carretera la cosa podía volverse eterna.

Ahora, viviendo en un entorno salvajemente urbanizado tengo no una, sino al menos cinco farmacias en un radio de tres cuadras a la redonda. Paradójicamente la más cercana resulta ser un Goliath de la industria: una enorme farmacia de la cadena San Pablo, con una muy bien surtida sección de autoservicio (en donde ofrecen desde papel de baño hasta perfumes de diseñador), una fuerte tendencia a los productos dermatológicos y buenos precios en los medicamentos por receta... si uno tiene la paciencia para soportar sus técnicas de ventas.

De entrada y, literalmente, a la entrada, siempre está alguna de las empleadas saludando a los compradores, recurso muy usado por otras cadenas de tiendas, pero que resulta irritante para el comprador regular. Luego, digamos que fui por, ehem, toallitas sanitarias... la oferta es tan amplia que tengo que tomarme un tiempo para elegir, pero invariablemente se me acerca alguna otra vendedora para ofrecerme desde cremas rejuvenecedoras hasta parches para los callos... que no, no necesito, muchas gracias. Si me tardo un poco más, o si me muevo a otra sección, ooootraaa chica se me acerca para ofrecerme shampoo para la caspa, o una colonia carísima, o  cualquier otra cosa que NO necesito.

Por fin encuentro mis toallitas y me dirijo a las cajas, donde también se surten los medicamentos por receta. Un mostrador enorme y bien iluminado, con al menos seis modernas cajas registradoras por computadora... de las cuales sólo están abiertas tres y en una de ellas están checando el inventario o haciendo alguna otra oscura labor administrativa. Así que hay que hacer cola para ser atendido en alguna de las dos cajas... y por fin tras largos minutos llego al ansiado mostrador, donde tengo que pedir además un medicamento que me recetaron. Paso la receta, me dicen "mientras traigo su medicamento vea por favor nuestro catálogo de ofertas" (que siempre está ahí, a la vista, lleno de más cosas que no requiero), traen el medicamento (claro que se tardan), meten los datos de la doctora en la computadora (wow, qué cuidadosos)... y resulta que la dirección de la receta no coincide con la que ellos tienen registrada (no me pregunten por qué la tienen registrada). Oh bendito Hipócrates, ¿y 'ora que carambas hago? Largas explicaciones al cajero para que entienda que los médicos-se-cambian-de-consultorio-y-no-necesariamente-desperdician-sus-recetas-antiguas...

Por fin aceptan venderme la medicina (ni siquiera es un psicotrópico, caraxo), pero al hacer la sumatoria total de mi cuenta, el sistema automáticamente a huevo les pide a los cajeros que ofrezcan algún OTRO producto que NO quiero, NI necesito... y ante mi negativa de comprarlo me informan que TIENEN que pasar el producto por el scanner para finalizar la operación. Lo interesante (traumante) es cuando no tienen a la mano el dichoso producto ¡tienen que ir a buscarlo para marcarlo! Mellevala...

Update: Por fin quitaron ese absurdo sistema en particular, pero sigue vivo en mi memoria. Pero ahora se les ocurrió quitar el jabón de tocador de la sección de autoservicio y hay que pedirlo en el mostrador. ¿Alguna vez han pedido de memoria un jabón de baño en particular? Para los que compramos esas cosas a ojo, es una tortura. Esta gente trabajaba antes en la KGB.

Por fin, antes de dar el teclazo final para sacar el ticket, el cajero sale con que "también tenemos este bronceador que bla bla bla" y señala el producto que tienen todos junto a la caja y que cambian con regularidad. NO, NO, NO. ¡¡¡Yo lo que quiero es pagar mis malditas toallas y remalditas pastillas y salir de aquí para seguir mi vida!!!

- ¿Requiere factura?
- No.
- ¿Bolsita reciclable?
- NO.
- Por último y para nuestra encuesta, ¿de qué colonia nos visita?
- ¡¡NO LE VOY A DAR ESA INFORMACIÓN!!
- Gracias por su visita, le esperamos pronto.
- Grrrrrr...

Sí, es una bendición tener la farmacia tan cerca. Pero prefiero caminar unas cuadras más hasta la farmacia a la antigüita en donde no me quieren vender nada extra ni les interesa saber donde vivo, simplemente me surten lo que necesito y aceptan mi pago sin chistar. Y además venden papitas, chescos y paletas heladas. My kind of place.

9 comentarios:

Ale dijo...

Cielos! Y no te ofrecen tiempo aire?? :D:D:D:D jaja, hay dias en que desde que entro a la tienda pongo cara de NO , aqui en tu casa me queda mas cerca Soriana que la tiendita de la esquina..jeje

juandavid dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
juandavid dijo...

Jajaja... Un día de estos te invito a que me acompañes al Instituto Nacional de Migración a sacar mi Forma Migratoria... Allá hay que hacer fila para formarse (no vale solo formarse. Hay que hacer una fila para que te manden a hacer la fila que sí era)... No te venden nada, pero afuera ya saben de dónde vienes cuando te ven pálida y ojerosa después de tres horas de fila y ahí si te venden desde tacos de canasta hasta cacahuates secados al sol)... Que alguien nos salve de la burocracia estatal y de la burocracia corporativa. Estamos invadidos.
Entre otras, ¿ya tienes el jabón especial para los dedos gordos? ¿Llevas tus limpiadores (se necesitan varios, ¿no lo sabías?) de pestañas para antes del rimel? No entiendo cómo has hecho para vivir sin ellos...

Mar dijo...

Aqui estoy peor yo, queriendo que me orienten a veces, las veo por alla conversar y pasearse o llenar las repisas de productos y ni bola te dan, y eso que aqui es pais mas que desarrollado, pero es que con eso que aqui la libertad y el no molestar esta como bien impregnado, dejan al cliente deambular sin siquiera acercarsele y aunque uno ocupe ayuda, ellos ni por aludidos hasta que uno tiene cara de "si no me prestar atencion, juro llamo a tu supervisor"
Me rei muchisimo con la entrada, de plano yo les diria, "Aunque me la pintes de mil colores, creeme que no comprare nada de lo que tu o las otras dependientas me ofrecen"

Gracias por la carcajada!

Lanezi dijo...

Oh cielos, sí que hay que armarse de paciencia.
Ya te contaré algún día lo frustante que es ir de compras o realizar gestiones en mi pueblo. Es para tirarse de los pelos.

Anónimo dijo...

Concuerdo con Mar, que por acá, en muchas tiendas, sobre todo en las departamentos, a los empleados les importa un comino los clientes. Hacen a uno sentirse invisible. Muchas veces ponen la mercancía en lo más alto de los estantes y como soy chaparrita cuerpo de uva, no la alcanzo , y me ando paseando esperando para ver si de milagro alguien viene para que la baje, y nada.

Les diré que hoy me di cuenta que el otro día me hicieron güaje con el cambio. Recibí como regalo una tarjeta de crédito con valor de $20.00. Fui a una tienda y compré algo que costaba $33.00, Dí la tarjeta y un billete de a $20.00 Dls CAN, y esperaba $7.00 de cambio en moneda contante y sonante, pero la cajera me regresó la tarjeta, y dijo que aún tenía $7.00 de crédito. Yo le dije que quería mi dinero y dijo que entonces me tenía que ir a formar en la cola de "Servicio al Cliente". Claro, mejor me fui, pero la chava se me hizo muy sospechosa. Hoy quise comprar algo que valía $9.00 entregué la tarjeta que debía tener $7.00 y $2.45 en moneda. Se me informó que no era suficiente, ya que en la tarjeta sólo quedaban $2.00.. grrr
Saludos
Minervita, (también conocida como Meximissus).
Calgary, Alberta, Canadá.

Anónimo dijo...

son los marketing y te lo digo xq yo trabajo enUSA y tienes q ofrecer todo lo q te den desde donaciones,y tarjetas de credito y pobre de ti si alguien llamo y se quejo. Al menos aqui todo es contra al tiempo desde cajera, contestar telefono y surtir la mercaderia y todavia tienes q sonreir y tantas cosas mas solo la gente q trabaja en el ramo lo sabe..

Anónimo dijo...

El lunes fui por unas gotas a esa misma cadena, por Aragón, y viví todo eso jajaja, miedo da entrar.

Anónimo dijo...

P.D. ... Y en los Simis igual

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