agosto 04, 2013

A punta de trancazos

Hoy planeaba escribir acerca de las musas, esas escurridizas criaturas que debieran visitarme frecuentemente para inspirar este blog... y nada. Andaban desaparecidas las ingratas.

Pero ¡oh, cuánto cuidado debemos tener con lo que deseamos! La ansiada inspiración llegó de golpe y porrazo. Literalmente.
¿Querías un tema? ¡Bong! ¡'Aistá tu tema!
Caminaba yo alegremente por los elegantes rumbos de Polanco en compañía de mi amorcito, cuando al apurar el paso para cruzar una calle los pies se me enredaron y ¡BOLAS!, me caí cuan larga soy al muy polvoso pavimento. Ni mi príncipe azul alcanzó a agarrarme antes de golpear sonoramente la calle. Bolsa y lentes oscuros salieron volando y quedé toda tierrosa, pero no me pasó nada. Curiosamente el único moretón que me quedó está en la yema del pulgar derecho, pues supongo que aterricé con esa mano.

Esta caída es sólo una más en mi larga lista de catorrazos. Desde temprana edad he tenido particular habilidad para caerme en la calle, en la casa y en todo lugar. Pasé mi niñez con las rodillas raspadas y en la adolescencia y juventud me dediqué a coleccionar esguinces en los tobillos. Todos esos raspones y golpes y ni siquiera aprendí a andar en bicicleta ni en patines... También he rodado por escaleras y me he caído al bajarme de transportes públicos... y dentro de ellos. Incluso alguna vez me caí al bailar salsa, pero el compañero de baile salvó la situación al improvisar un pasito de fantasía para levantarme del suelo. True story.
Pese a todo, nunca me he roto ningún hueso ni he sufrido ninguna herida que merezca suturas, pero ha sido muy, muy incómodo. Y doloroso. Y vergonzoso.

Perdiendo el glamour en cualquier descuido...
Hace poco más de un año también me caí en plena calle, al tropezarme con una rotura en la banqueta. Esa caída fue épica y tan larga que tuve tiempo para pensar "¡Shit, me tropecé, no, no me voy a caer, ya la hice, NOOO, nooo, ay güey, SÍ ME VOY A CAER!" Y ¡cuas! al suelo. Supe lo que era morder el polvo, pues realmente sentía tierra entre los dientes varios minutos después de levantarme del suelo. Acabé con moretones por todos lados. Ouch.

¿Por qué habemos personas con tendencia a este tipo de accidentes? ¿Mera torpeza? Supongo que sí, pero por lo que he leido y visto en mis navegaciones por interné, es un mal común. De hecho, mi abuelita lo padecía y aún en su vejez se acomodó tremendos golpes y heridas. Afortunadamente nunca tuvo fracturas (cero osteoporosis, thankyouverymuch) y aunque en una de esas dramáticas caídas estuvo involucrado un vaso roto y una tremenda herida en la mano (sangre por todos lados, ugh), salió bien librada del accidente doméstico. Si las patitas resbalosas son hereditarias, quisiera pasar de largo el legado familiar.

Y hasta aquí le dejo, porque mi dedito me está molestando. Traigan las compresas calientes y el Lonol, por favor.

6 comentarios:

Carmen Tye dijo...

Ouch Comadre!
Sera que una va soñando y/o admirando el paisaje?

Sale un lonol de parte de otra patuleca pa' alla!!
Besitos

Anónimo dijo...

Pues somos compañeras del mismo dolor, seguido aterrizo en el suelo y si ha habido una fractura en la mano derecha......Atte. Yo

Ale lu dijo...

Jaja, muy buen tema, me hiciste reir mucho, yo no sufro tanto de caídas (claro que me he caído en pleno público, pero ninguna de forma épica, bueno una vez me caí en un estacionamiento justo enfrente de la cámara de seguridad, no se si en realidad estaba funcionando, ojalá no jaja)

La que sí es muy susceptible de sufrir esos accidentes es mi mamá,y no solo caerse, sino tirar todo lo que está al alcance de su mano, siempre le digo que es muy atrabancada ;P yo pienso que le pasa porque todo quiere hacer rápido...

Anónimo dijo...

¡Qué coincidencia! El viernes hizo una semana que me caí cuando trataba de doblar la carreola del perro,que ya no aguanta como antes para caminar la misma distancia. El caso es, que se me atoró el pie en la palanca, el carro se fue para delante y yo di una aparatosa maroma para atras, metí la mano, y se me rompió la muñeca y l antebrazo.
Tuve que llamar a la ambulancia y se sorprendieron que salió in montón de vecinos a ofrecer ayuda. Fue una acción consoladora.

mi hija y mi nieta vinieron a ayudarme, pero también tienen sus obligaciones, pero yo me las ingenio muy bien para hacer las cosas, y doy gracias al cielo por los pantalones extensibles.
Espero que no estés muy magullada
Saludos
meximissus-Minervita
Alberta,Canadá

Mar dijo...

Que buen tema!!!
Una de mis hijas es dada a las caidas. De chiquitita. No apoya nada que sea hipertinetica.
A nada le tiene miedo y todo lo intenta, dice por lo menos una vez.
Desafortunadamente no es tan suertuda como tu, porque se ha quebrado pies, costillas, muñeca y la ultima un dedo.

Le decimos, "patita de lana" y ahora que digo eso, estoy pensando como te pondre a ti, jejejeje, como buena Chilena, tengo que buscarte un apodo, jajajajaja

Ale dijo...

Ouch..yo creo que cumpli mi cuota de caidas antes de los 6 años, tenia el pie plano, , yo creo que tienes el centro de gravedad medio " ido " cuidateee!

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