enero 30, 2012

Karma gatuno

Ya les he platicado por ahí de los gatos que habitan el estacionamiento de mi edificio. Aquí está una parte de la familia:
De izq. a der., mamá gato, hijo gato y papá gato
Hoy ví desde mi ventana a la mamá y al hijo (que ya está prácticamente del mismo tamaño que su mami) sentaditos muy serios, cerca de uno de los autos. Un amable señor se acercó cautelosamente para hacerles cariños, y justo cuando su mano estaba a punto de posarse sobre la cabecita de uno de ellos, ambos gatos salieron corriendo en direcciones opuestas.
Me parece conmovedor como, a pesar de que aquí están protegidos y se les dá comida, aún no tienen confianza para hacerse domésticos, o tan domésticos como pudieran ser, viviendo en un lugar razonablemente seguro, pero no en una casa. Quieren, pero no pueden. Quién sabe qué tanto hayan sufrido.

Hace un mes o algo así esta gatita entró al edificio (alguien había dejado la puerta abierta), subió las escaleras casi hasta la azotea y ya no encontró cómo salir. De hecho la puerta seguía abierta, pero algo tienen estos pasillos, escaleras y puertas  que confunden a los gatos. Hasta a Boris y a su vecina gatuna del piso de abajo les ha pasado: salen un poco del departamento y ya no pueden regresar, supongo que es porque todo se ve perfectamente igual de un piso a otro, todo está escrupulosamente limpio, así que no hay nada como punto de referencia para un gato. La gatita mamá lloró un poco y se quedó en un escalón, inmóvil y asustada, hasta que entre mi esposo y yo la guiamos hacia abajo, a la salida. Me impresionó su mirada, no solo reflejaba temor, sino una tristeza profunda. Ella lo sabe, está consciente de su condición, no hay duda.

Lo contrasto con la historia de Boris, nuestro compañero felino, quien estaba a disgusto en su primer hogar porque otro gato lo maltrataba, y buscado, buscando, llegó con nosotros por sí solo. Se hizo el simpático, le dimos de comer afuera, en el jardín "porque no lo íbamos a adoptar"... y lo demás es historia. Sus mirada es serena, su talante es relajado. Buen karma de él, digo yo.

Hace poco algún vecino (que para ahora ya debe haber sido identificado) puso bolas de naftalina y aceite quemado en la zona donde suelen comer los gatos del estacionamiento. La zona está llena de plantas, así que además de intentar dañar (suponemos) a los gatos, podría haber dañado las jardineras o provocado un incendio. Afortunadamente otros vecinos se dieron cuenta y lavaron cuidadosamente esa área. Se dio aviso a tooodos los vecinos e incluso se imprimieron lonas para exhortarnos a evitar esas acciones y cuidar nuestro entorno, gatos incluidos. Los seguiremos cuidando. Después de todo, es nuestra casa, así como el mundo entero es nuestra casa.
Que todos los seres puedan ser felices y puedan dejar de sufrir

enero 25, 2012

Cobradores

Mi asistente ejecutivo multilingüe. Pura calidad en esta oficina.
Suena el teléfono en las modernas oficinas de Özer, Inc.
- Riiiingggg, riiinggg
- Sííí, Buenooos díiiass...
- ¿Se encuentra la señorita Fulanita Mocorita?
- No, tiene usted un teléfono equivocado.
- Llamamos del Banco Más Grandote, ¿es usted pariente o conoce a la Srita. Mocorita?
- Nooo, este teléfono nos lo asignó you-know-who hace unos meses, por favor quítelo de sus registros. Gracias.
Clang, cuelgo el teléfono.

...y en la tarde...
- Riiiingggg, riiinggg
- Sííí, Buenaas tardess...
- ¿Se encuentra la señora Zutana Sultana ?
- No, tiene usted un teléfono equivocado.
- Llamamos de la Tiendota de Ropa, ¿conoce a la Sra. Sultana?
- ¡Nooo!, ya les he dicho que borren este número. Gracias.
- No podemos borrarlo, doña Zutana tiene que autorizar personalmente que...
Sonoro clang del teléfono.

Y por la noche, en los minimalistas aposentos de Mrs. Özer (que por cierto, están a -literalmente- tres pasos de la oficina)
- Riiiingggg, riiinggg
- Buenooo... Buenooo???
Entra grabación:
- Le llamamos del despacho de cobranza Temores (neta, así se llaman, esto no lo inventé). Comuníquese al bla-bla-bla para saldar su adeudo o de lo contrario...
¡Clang, clang, clang y súper clang!

Repítase esto casi día tras día, durante meses. Entre estas llamadas, las de los políticos haciendo propaganda y los maleantes tratando de sorprendernos... ya casi no contesto el teléfono, a menos que pueda identificar el número del cual me llaman.

Resulta que al adquirir la línea telefónica nos asignaron un número recicladísimo, que había pertenecido antes por lo menos a dos familias y que, afortunadamente, tenían sus casas en lugares lejanos a nosotros. Entiendo que la Srita. Mocorita, su aval, y la Sra. Sultana les deben alguna cantidad importante de dinero a por lo menos dos bancos y una tienda departamental, y alguno de estos acreedores pasó el caso a un despacho de cobranza.
Desde hace un par de meses nos llaman a diario, a la misma hora de la noche, para poner la dichosa grabación. No he querido llamar al teléfono que dejan, pues, a) no quiero echarme el rollo por enésima vez, tratando de que alguien quite nuestro número de sus listas, y b) no quiero hacerme notar, ya no sabe uno con quién está tratando.

Es un misterio esto de las cobranzas. Según he sabido, es muy común que los grandes deudores de tarjetas de crédito dejen volando sus cuentas, se cambien de casa y simplemente con eso ya no los encuentran para cobrarles. Lo curioso es que, en el caso de las tiendas que piden un aval, parece que tampoco se lanzan sobre este incauto, sino que llaman y llaman a los teléfonos que tienen para tratar de persuadir al deudor para que pague. Y lo del despacho de cobranza está de risa loca: lo único que hacen es llamar con un sistema automático y dejar un mensaje grabado. No creo que siquiera hayan ido a la dirección que las ñoras deudoras dejaron. Valiente manera de recuperar carteras vencidas...

Lo triste es que mientras tanto la gente decente trata de pagar sus cuentas sin retraso y los intereses suben y suben, en alguna medida a causa de estas lacras que huyen sin pagar. Y lo volverán a hacer una y otra vez... generándose negatividad y auténtica pobreza en el proceso. A lo mejor tienen en sus casas pantallas de plasma y zapatos de moda, pero, ¿que tan suyos son, si no los han pagado?

Así que mi teléfono seguirá sonando. Si me necesitan, mejor mándenme un e-mail.

enero 16, 2012

Jarrito de Tlaquepaque

Dícese de la persona que, de manera temporal o permanente, muestra excesiva sensibilidad ante alguna situación. La mención de la población del estado de Jalisco se refiere a la vocación alfarera de ese lugar. Y la frase completa es: "Como jarrito de Tlaquepaque, corriente y delicado" Uups.
Foto tomada de la web (Bing). ¿Será tequila con Squirt?
Hace unas semanas yo andaba como jarrito de Tlaquepaque. Toda sentida, pues. Llevaba varias noches devanándome el seso para decidir qué hacer con cierta madejota de lana uruguaya que me fascinó al momento de comprarla, pero a la cual simplemente no le podía encontrar un uso adecuado. Tras varios intentos y en vista de las ondas gélidas que azotaron la ciudad, decidí hacerme un gorro con la tremenda lana.
Okey, pues a inventar el gorro, pues no encontré un modelito que me satisfaciera del todo. Empecé con el "ala" del gorro, haciendo una trenza a base de cables sencillos con aguja de 12 mm, pues la lana está gruesísima. Hasta ahí todo bien, pero cuando llegó la hora de hacer el cuerpo... ahhh, ¿con qué ojos, mi divino tuerto, si no tengo agujas circulares de esa medida? De hecho... ¿existen agujas circulares de semejante calibre? ¿con cable cortísimo? ¿o siquiera agujas de doble punta gordototas?
Ni modo, a recorrer las tiendas de estambre en busca de los enseres. Ay, qué sufrimiento (jeje).
Me dirigí a mi tiendita favorita. La encargada habitual estaba ocupada, así que me atendió una chica que supongo es nueva en el negocio, pues no se me despegó de la espalda mientras recorrí la tienda como suelo hacerlo, admirando cuanto estambre tienen en exhibición. Cuando por fin me preguntó con un nervioso ¿Q-q-qué se le-le ofrece? le dije lo que buscaba... y me miró como si yo estuviera loca. Digo, todavía no se me quita lo neófita en esto del tejido, pero creo que hubiera bastado con que me dijera, "nooo, creo que no tenemos agujas de esa medida" y no que reaccionara como si le estuviera pidiendo uranio enriquecido para una bomba nuclear.

En fin, no saqué nada en claro en esa tienda y decidí ir a otra que está cerca de ahí, dentro de la Comercial Mexicana. Ya saben, son de esos locales independiente que están dentro del edificio del supermercado, pero no son parte de él (la tintorería, el salón de uñas postizas, los helados...).

Pues ahí voy toda llena de ilusión, porque también tienen buenos estambres en esa tienda y a lo mejor algo se me pegaba (¡noooo, más estambre noooo! dice mi conciencia). En la tienda tienen prendas tejidas como muestra, y tras los saludos de rigor a la dueña y al grupito de tejido que ya estaba ahí departiendo, procedí a ver las prendas y a (¡horrorrrr!) tocar un bolerito que me gustó para sentir la textura del estambre. Apenas al rozar mis deditos con la manga del bolero escuché un categórico ¡¡¡Sin tocar, señora!!! proferido por la dueña desde el mostrador, a varios metros de distancia. De inmediato aborté la misión de curiosear por la tienda y caminé hacia el mostrador, justo al momento en que la doña miraba hacia arriba, meneaba la cabeza y ponía expresión de "lo que hay que aguantar" ante la mirada empática de la cliente que tenía enfrente.
Pregunté sin pasión por mis agujas, no las encontré (por lo menos no me miraron como si fuera paciente psiquiátrica), compré algún chunchito (sí, ya se que no debía haberles comprado nada) y salí del lugar... bastante, bastante incómoda. Como jarrito de Tlaquepaque... El malestar me duró un buen rato, incluso lo comenté con mi esposo por la noche y su consejo fue que debí haber mandado a la señora de marras muuuuy lejos. Después pensé que ante el grito de ¡Sin tocaaar! debí haber respondido ¡Pues entonces sin compraaar! ¿Por qué los buenos one-liners siempre se me ocurren a destiempo?

El punto es que me sentí mal durante horas por experiencias y comentarios que No. Valen. La pena. Eso fue realmente lo que me pegó: el ser taaaan sentidita por nimiedades.
Y, a fin de cuentas, encontré entre mis agujas unas de 10 mm con cable cortito que me sirvieron de maravilla para acabar el gorro. Hélo aquí, el gorro hipersensible:
Y para acabarla, el color no le va a mi única chamarra invernal. Diablos.
Y tan tán. A otra cosa, mariposa.

enero 04, 2012

Hasta la cocina 3 - Lujos moderados

Más aventuras por las mesas de la ciudad (mmhhh, ¿sonó raro?).
Hace poco fui a celebrar el fin de año con una queridísima amiga, y aunque el plan era nada más tomar una copita al terminar la tarde, resultó que el bar elegido estaba cerrado y acabamos en el restaurante Cluny, mi favorito de siempre (visiten su página por acá, para que vean las fotos). De hecho, muero de ganas de visitar su bar, que está justo frente al restaurante y es un lugar mínimo y encantador, pero ya será en otra ocasión.

El Cluny y yo ya tenemos historia. Mi mamá me llevó a comer ahí en algún cumpleaños de mi temprana adolescencia, pues a su vez ella había celebrado antes un acontecimiento de la oficina con sus compañeros en ese restaurante. Ohh, revelación. Un local íntimo, casi con un ambiente subterráneo y una decoración que remonta a la belle epoque parisina. ¡Y sigue igualito, incluso aún mejor! Han ampliado las áreas y hay una sección del comedor que da a la calle, la cual nunca he visitado... pues no importa con quien vaya, siempre escogemos por unanimidad el salón tradicional de techos bajos y luces suaves.
La cocina es estupenda, con énfasis en las crepas saladas y dulces, pero con otras deleitables opciones, incluyendo una barra de ensaladas sensacional. He probado bastantes platillos de su carta, pero invariablemente regreso a los Blinis Perestroika: pequeñas crepas al estilo ruso, con bastante salmón ahumado, crema aderezada con hierbas y una muy decente porción de caviar. Esos blinis hacen honor a su nombre, pues están en la carta del Cluny... ¡desde el triunfo de la Perestroika! (hagan cuentas, no, mejor no).

En contraste con otros lugares de su categoría, en el Cluny no tienen empacho en ofrecer casi todos los vinos de su cava por copeo, a precios realmente justos (considerando la economía actual). Suelen tener vinos de temporada, como el mítico Beujolais Noveau (confieso que no lo he probado), pero en esta ocasión tomé un par de copas de un blanco espumoso de origen francés, elegante y rotundo, prácticamente una champaña aunque no tenía esa denominación, a $50 pesos la copa. Y sí, servido en copa aflautada, como Möet Chandon manda. Apenas una semana antes, en otro restaurante de la zona a mi esposo le asestaron un trancazo de $120 por una copa de blanco italiano basante regular... ¡proveniente de una botella con tapón de rosca! (Sí, soy medio snob en cuanto a mis bebidas, he he).

Los postres son súper pecaminosos y tentadores, cómo no. Pero dejamos los pasteles, ¡las crepas! y los mousses por esta vez y sólo tomamos sendas bolas de helado de chocolate, acompañadas de pastitas de la casa. Dulce cierre para nuestra anímadísima plática.

En suma, el Cluny es MI lugar desde hace muuuchos años, cuando mi amá era la que pedía la cuenta. Debo mi afición al buen comer y al buen beber a una madre y una abuela que, bajita la mano, se daban sus lujos y sabían disfrutar de la vida, aún con un presupuesto limitadísimo y sin empeñar la camisa. Gracias, amores míos. Y enhorabuena por los empresarios que mantienen con vida y vigor estos lugares, desde la mesa 5 levanto mi copa a la salud de todos.

enero 02, 2012

Para empezar...

...los posts de este año, ¿qué tal algo amable y pachoncito? Por ahí en la barra de la derecha hay un link al siempre sorprendente blog de Cute Overload, hogar de los animalitos más lindos de la red. Dense una vuelta por ahí y verán...

¡Ardillas voladoras!

¡Patos excursionistas!

¡Mamás amorosas!

Y cientos de fotos en ese tenor con ingeniosos comentarios. Ideal para despertar la neurona de manera gentil en este inicio de año.

¡Felicidades y gracias por las visitas! Y a darle con gusto, que la vida es corta (con mayas o sin mayas).

Por cierto, le dí un ajuste al blog en cuanto al ancho del texto, avísenme si alguien tiene problemas para leerlo. Merci.
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