septiembre 26, 2011

¡A mover el bote!

Eso vengo diciéndome desde hace meses, pero ahhh... cómo cuesta trabajo. Retomar la rutina de dieta y ejercicio después de un cambio de casa, de ciudad y de régimen de propiedad habitacional ha sido poco menos que imposible... cuando menos para mí, que disto mucho de ser un ejemplo de disciplina y perseverancia.

Acudo al gimnasio apenas unas 2 veces por semana, de las 5 que debería. Cada semana digo "ahora sí voy a ir más" y cada semana vuelvo a las mismas justificaciones. Que si el trabajo, que si la gripa, que si el horario incómodo del gym. Porque han de saber ustedes, fieles lectores, que para ahorrar unos buenos pesos decidimos tomar una membresía, ehem, modesta, que no nos permite acudir al gimnasio en horas pico (sea temprano por la mañana o en la tarde/noche). Para lograr hacer una rutina respetable tengo que botar el trabajo a las 5 PM cuando mucho, correr (bueno, tomar el micro o lo que sea) al gimnasio y salir de ahí antes de las 6:30. ¡Y no hay ninguna clase de aerobics, baile o similares a esa hora! Los sábados el horario está peor y el domingo es el único día en que realmente puedo aprovecharlo a gusto.

Comprendo que hay mucha gente que no necesita del gimnasio, les bastan unos tenis y unos pants para hacer su rutina en la calle, en el parque o en la casa y se mantienen de maravilla, pero no es mi caso. Además, descubrí que buena parte del éxito de mi rutina cardiovascular (ya sea en la caminadora o en la escaladora elíptica) es mantener la mente ocupada en algo más que el ejercicio mismo. En el gimnasio al que iba en Cuernavaca tenían un maravilloso sistema de monitores de TV individuales en cada máquina, con su propio control remoto y todo el sistema de televisión por cable a  disposición de los clientes. Me ponía mis audífonos y voilá, entretenimiento asegurado. Acá en el D.F., en uno de los mejores gimnasios de la ciudad, el sistema de TV se compone de unas 6 pantallas grandes con opciones de noticias, deportes y el canal Sony... y nada más. A la hora que voy las opciones son francamente aburridas, así que sufro, sufro, sufro.
Intenté leer, pero no alcanzo las velocidades requeridas por cuidar de que el libro no salga volando. Intenté la bicicleta fija (en la cual sí puedo leer) pero me deja la espalda fatal durante el resto del día... pero creo que ya resolví el problema:

Voy a aprovechar las capacidades de mi casi-nuevo teléfono móvil (smartphone, no less) para cargarle música y podcasts, a fin de usarlo como fuente de entretenimiento durante los 50 minutos que debo permanecer en movimiento en los aparatos. ¿Por qué tal insistencia en ese tipo de ejercicios? Porque son los únicos que me ayudan a bajar de peso. Probado y comprobado.
Así que estoy llenando el aparatito con música movida y enérgica que me ayude a mantener el ritmo y el buen humor, así como con podcasts y material interesante que me nutra la neurona mientras quemo grasita. Se agradecen sugerencias de todo ritmo y tema. Y para muestra, esta es una de las primeras canciones que he bajado del ubicuo y genial iTunes: El gran Brian Setzer, ex Stray Cats, con el tratamiento de Big Band a su clásico Rock this Town.


En mi mente, yo bailo igualito que esa chava. I-gua-li-to.

septiembre 18, 2011

Lost in translation... at the movies

Andando por los pasillos de mi Blockbuster local me encontré con...
 Más allá de la muerte (título original: Hereafter)

Más allá del cielo (título original: Charlie St. Cloud)

Más allá de los sueños (título original: What dreams may come)

Más allá de la duda (título original: Beyond a reasonable doubt)

Salvo el título en español de la última película, que no tenía mucho para dónde hacerse, todas las demás son tristes ejemplos de la falta de originalidad (o franca flojera) que tienen las distribuidoras de películas al elegir el título en español. Digo, deben haber tenido otras alternativas, ¿no?

Y por el otro lado, tenemos adaptaciones que en mi humilde opinión de traductora me parecen buenas salidas, creativamente hablando:

 
Hop, Rebelde sin Pascua (título original: Hop. Excelente uso de la cercanía fonética entre "pascua" y "causa")

Paul, Encuentros cercanos con este tipo (título original: Paul. Mención honorífica por el risueño homenaje a la clásica cinta de extraterrestres)

Comprendo que los títulos en los idiomas locales parten de decisiones comerciales, pero vamos, encontrarse con cuatro DVDs contiguos que empiezan con "Más allá de..." ya mueve a la risa. Échenle cacúmen, señores distribuidores... o contrátenme.

Imágenes del sitio IMDb en español

septiembre 15, 2011

¡Vivarrgh...cof,cof,cof,...viv..aaayyyayayay..vivagggh... me doy :(

Angry chick returns
Fiestas patrias y bla bla bla. Por lo menos en mi relativamente nueva dirección no empezaron con los cuetes desde hace una semana, como sucedía en mis anteriores rumbos morelenses. Estoy de malas, no lo voy a negar. Llevo semana y media con una gripa complicada con tos y afonía que apenas empieza a ceder a punta de antibióticos y jarabitos... pero los ataques nocturnos de tos produjeron que durmiera en posiciones muy forzadas y desde ayer amanecí con un brazo lastimado. Pasé el día estoicamente dedicada a mis labores, agregando analgésicos untados y tomados a los medicamentos du jour... pero la noche fue fatal.

Es paradójico que justo cuando quiere uno descansar, sea la postura acostada la que causa más problemas. En mi caso, al acostarme me regresa la tos y paso un buen rato antes de estabilizarme, y ahora con el brazo resulta que me es más comodo estar sentada que acostada. Diablos.
Ya tengo cita con el médico fisioterapeuta quien ¡bendito sea Hipócrates! sí va a trabajar el sábado. El doc y yo ya tenemos historia, oh sí. Hace un par de años sufrí una fuerte contractura en la región lumbar, que derivó en el descubrimiento de que tengo una escoliosis marca llorarás. A partir de entonces he sufido otras varias contracturas en el cuello y la espalda, junto con misteriosos dolores en los tobillos, los pies, las rodillas y recientemente la mano izquierda (hasta tengo unas simpáticas bolitas en la palma, ay qué lindas. No.)
Si a eso aunamos dos gripas devastadoras en lo que va del año, más una estúpida caída en plena calle (de la cual salí muy bien librada, considerando el trancazo)... ya pido esquina, verdá de Dios.

Sé que mis dolencias son mínimas comparadas con las de mucha gente, pero créanme que ahora comprendo el estado mental de quienes sufren dolores crónicos. Hace meses el doctor me advirtió que si seguía con estos dolores musculares tendría que mandarme hacer estudios más detallados. Temo que llegó el momento.
La artritis que padecieron mi madre y mi abuela siempre ha pendido sobre mi cabeza como espada de Damocles. No creo que sea el caso, pues por ellas supe las características del dolor artrítico y no es lo que siento, pero la herencia familiar está ahí. Estoy infinitamente mejor de salud de lo que estaba mi madre a mi edad, sin embargo no puedo dejar de preocuparme. Y de preocuparme a solas... porque la familia reacciona con cierta, ehem, irritación ante mis quejas. Comprendo que es más bien miedo el que se oculta ante su impaciencia, pues uno acá de super-mujer cuida de todo y de todos (ajá), pero cuando hay que cuidarla a una nadie sabe exactamente qué hacer.

Sorry por el humorcito. Diría que en la noche me lo quito con puro tequila, pero ni eso puedo. Cuídense, cenen rico y dejen que los demás laven los trastes... aunque sea unos tres días después del festejo.

septiembre 11, 2011

Mi 9/11

Todos recordamos dónde estábamos la mañana del 11 de septiembre de 2001. Todos tenemos una historia. Cómo nos enteramos. Cómo reaccionamos. En algunos el impacto fue temporal, en otros perdura hasta hoy. Habrá quien tenga sus propias teorías, habrá quien simplemente sabe lo que supimos todos a través de la prensa y otros medios.
De todos los horrores de aquel día puedo relacionarme, aunque sea vagamente, con uno de los lugares de la masacre. Me relaciono de igual manera que lo hacen millones de personas que lo visitaron a lo largo de los años. Las imágenes están ahí, congeladas en los álbumes familiares.
Gigantes extrañamente gráciles
Acabo de recapturar esta imagen a partir de su original impreso en papel fotográfico, tomándole una foto con mi actual cámara digital. Al ver las dos torres en la pantalla de mi cámara... ufff... parecía que las estaba viendo otra vez en esa soleada mañana de agosto de hace más de dos décadas. Escalofriante.
Verano de 1989
Y sí, ahí estoy, durante mi primer viaje a Nueva York acompañada de una querida amiga, quien se botó de la risa ante mi muy estudiada pose. No subimos al mirador de las torres porque la cola era larguísima, pero paseamos por la plaza y por el centro comercial subterráneo. Mi primer impulso al seleccionar esta foto fue encontrar también por internet la imagen de la escultura esférica, después del derrumbe de las torres. Recuerdo haberla visto alguna vez, con el metal ennegrecido y abollado, conservando todavía algo de su forma original. No tengo las agallas ni el estómago para buscarla ahora.

Septiembre 2011, México D.F.
Todos tenemos un recuerdo. Hoy, domingo 11 de septiembre de 2011, en una mañana inusitadamente fría para esta época, me reuní junto con más de 30,000 personas en el Estadio Azul del D.F., para escuchar una plática impartida por S.S. el Dalai Lama, en esta su tercera visita a México. "Hallando la felicidad en tiempos difíciles" se llamó su conferencia. Díficiles en el 2001, difíciles en el 2011. El actor y activista Richard Gere, al presentar al Dalai Lama, refirió también sus recuerdos de la mañana del 9/11 hace 10 años: fue una mañana hermosísima, soleada y cálida, por lo que bajó la capota de su auto y tomó la carretera para ir a un retiro budista fuera de Nueva York, donde vive todavía. La mañana era tan linda que no prendió la radio, por lo que le sorprendió hallar a toda la gente en el centro de retios agobiada y llorando abiertamente. Entonces lo supo. El maestro que impartía el retiro, un Lama a quien yo también he tenido la fortuna de escuchar, los guió durante todos esos días para procesar el dolor y la ira resultante de los tristes acontecimientos. Transformar el enojo, el dolor y la frustración en acciones compasivas y amorosas. Se dice fácil...

Hoy escuchamos al Dalai Lama, mientras los aviones pasaban una y otra vez sobre el estadio. No pude evitar pensar ¿... y si uno de esos aviones...? Pero estábamos ahí, en el ahora, compartiendo un mensaje de no violencia y acompáñandonos codo con codo en el dolor que embarga ahora a todo México. Estábamos en paz, atentos, serenos. Salimos sonriendo. Y los aviones seguían volando.

Con agradecimiento a todos los que hicieron posible la visita del Dalai Lama a México.
Con una apenas naciente compasión hacia quienes se sienten tan heridos que hieren a otros.
Que el mérito que puedan generar mis acciones sea de beneficio para todos los seres.

septiembre 05, 2011

Te digo que no y no y no

Dissaproving rabbit dissaproves
Palabra difícil ¿verdad?
No. No. Invariablemente suena fuerte... y gacho. Pero creo que un "no" a tiempo evita muchos descalabros. Ahhh, pero sí que es difícil de enunciar, sobre todo en estos tiempos en los que se tiende hacia una mal entendida cortesía que frecuentemente se convierte en laxitud de carácter.
Si te digo no, deveras que es por tu bien. Prefiero decirte "no" ahora y evitar quedarte mal en el futuro. Si acepto hacer algo para lo que no tengo tiempo, te voy a quedar mal. Si te digo "claro, me encantaría verte" pero no tengo la más mínima intención de hacerlo, te estaré mintiendo de fea manera. Si accedo a participar en un proyecto en el que no estoy de acuerdo, estaré posponiendo el truene inevitable... y posponer no es componer.

Y la otra: el decir que no automáticamente nos adjudica la etiqueta de "negativos". Por más que los expertos en desarrollo humano han tratado de cultivar la asertividad entre los mortales, la mercadotecnia se ha encargado de ponerle otros nombres a ese tipo de actitudes. ¿Recuerdan aquello de "...Los hombres aman a las cabronas..."? ¿Habría vendido tantos ejemplares el mismo libro si cambian la palabra final por " mujeres asertivas"? Así nos han enseñado, la persona que dice "no" a menudo es calificada de cabrona. Chula visión.

Ahora, matizando, creo también que se puede decir que no de una manera cortés y gentil. Sin tantas vueltas como acostumbramos los mexicanos, con un simple "Gracias, pero..." y una razón concisa es suficiente.
Gracias por considerarme, pero no puedo asistir. Gracias por tu interés, ya tenemos el cupo completo. Ha sido un placer verte. Y hasta ahí. Sin promesas, sin compromisos, sin un falso "Siiií" que nada tiene de positivo.
Un "no" acompañado de una sonrisa. He ahí el reto.

Post levemente críptico y personal. Como siempre, se agradecen los comentarios. Okey, okey, si no quieren comentar está bien :D
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