diciembre 18, 2011

Esperando el final

Hace un par de días pasé cerca de un popular restaurante de mi barrio durante las horas de la tarde y pude oír la música, las risas y el alboroto habitual de una fiesta navideña. Y de pronto lo entendí: no se trata de la celebración religiosa ni del cierre de un año civil (que a fin de cuentas son sólo fechas en las que convenimos por hábito), sino la necesidad humana de celebrar. Celebrar algo, lo que sea, y en grupo.

Ahora nos acercamos al fin de un año difícil para todo el mundo. Un año incluso terrible para muchos. Un año de horror... y sin embargo tanto yo como mi familia lo estamos terminando bien, sanos y a salvo. Gracias por eso. Gracias a todos los que contribuyen a nuestro bienestar. Gracias a todos los que forjan, aún sin saberlo, nuestra felicidad. Gracias a ustedes.

Un par de meses atrás, surfeando por los canales de la tele, capté un video en el muy maltrecho MTV que llamó mi atención al momento. Un concierto masivo en plena Plaza Roja de Moscú, con una banda que rockeaba con todo y que me llegó al tuétano. Muy tardíamente vengo descubriendo a Linkin Park y me tienen impresionados. Toda la ira y frustración que mueven los resortes del rock clásico están aquí, junto con un rap bien colocado, sampleos, una economía sorprendente de recursos pero aplicados de manera precisa y genial... y la impecable dicción y entonación de su vocalista principal quien pone cada palabra y cada nota en su lugar exacto. Y suenan justo como me siento ahora.

...The hardest part of ending is starting again.
¡Que el nuevo año sea de paz, salud y amor para todos!  ¡Nos vemos en Enero!



La letra completa de esta canción la encuentran haciendo clic aquí (MetroLyrics).

diciembre 09, 2011

Vejestorios 3 - Buenas intenciones

Durante mi más reciente incursión a los mercados de antigüedades (bueno, mercados es mucho, apenas es el segundo al que asisto) encontré una pieza interesante. Ahhh, pero primero, les muestro un par de aretes producto de una compra anterior.

No son cristales, al menos las piedras grandes son de plástico. Pero se ven bien, ¿no? Y siempre con los broches de tornillo que tanto me gustan.
El par verde tenía el mismo diseño que el morado, con  tres filas de "brillantes" al final. Pero al ponérmelo me veía demasiado... formal, según yo. Así que tijera en mano le quité dos de esas filas. Me gusta como quedaron, y curiosamente también me gusta como se ve el otro par, tal cual está. Considerando que costaron apenas treinta pesitos cada par y que son de manufactura modesta, creo que no constituye un sacrilegio el haber modificado los aretes verdes.
Esto me lleva a mi más reciente compra. Se trata de un brazalete repleto de piedras brillantes, seguramente son cristales. El diseño es encantador, los colores me gustaron mucho... pero lo que me convenció de comprarlo fue el hecho de que en el broche tiene un sello con la marca. Intuí que sería una buena pieza y lo adquirí, aún cuando el precio era relativamente caro para mi presupuesto de neo-coleccionista-frugal: $150.00, hasta ahora mi compra más cara.
La cadenita es una medida de seguridad, el broche a la izquierda se asegura en el último eslabón de la derecha
Aunque traía los lentes de leer en la bolsa no tuve el cuidado de ponérmelos al revisar (dos veces) el brazalete. Con toda confianza pagué y de inmediato me lo puse. Al llegar a casa lo revisé con cuidado... y me encontré con una buena y una mala noticia. La buena es que el sello grabado en el broche indica que la pieza es de la marca Coro, una muy prestigiada marca de joyería de fantasía de los Estados Unidos, que estuvo en funciones desde principios de los 1900 hasta 1979. Así que mi brazalete tiene más de 30 años de antigüedad (por lo menos) y es de una marca muy buscada por los coleccionistas hasta la fecha. ¡Yeeiii! 

Ahora la mala: la pieza está en un estado deficiente, le faltan algunos cristales, otros fueron reemplazados y al menos uno está (inexplicablemente) puesto al revés. Incluso tiene un cristal tipo baguette de color azul, cuando debería ser verde. Desde el punto de vista del coleccionismo, eso le resta mucho si no es que todo el valor. Pero desde una perspectiva humana... me pregunto quién habrá hecho esos arreglos que, aunque bien intencionados, no fueron del todo exitosos.
¿Sería la dueña original, en un intento de sacarle más años de uso a una de sus pulseras favoritas? ¿Sería la primera persona que "heredó" esta pieza? ¿O la misma vendedora que la hizo llegar a mis manos? ¿Un arreglo o muchos en diferentes épocas? Para mí, ese halo de misterio es suficiente para sonreír cada vez que veo mi nueva joya vintage.
Así que en el mismo tenor, arreglaré una vez más el brazalete, pues me queda algo justo y resulta incómodo después de un buen rato de usarlo. Porque oh sí, lo voy a usar mucho más.

diciembre 07, 2011

Sueños de invierno

Será el calentamiento global, o la edad, pero los otoños y los inviernos de mi ciudad (que es chinampa, como diría Dehesa) ya no son como antes. El cambio de horario cada vez me afecta más, aunque según mis cálculos, este horario de invierno es la hora "normal" que disfruté durante toda mi niñez y juventud (divino tesoro).
En cuanto al clima, ahora tenemos por acá un otoño muy al estilo de Estados Unidos, con lluvia, nublados, viento y frío... aunque ha sido una situación intermitente. Hoy, por ejemplo, hay un sol simpaticón y la temperatura está muy agradable, aunque en el norte de México se están congelando.

Ahhh, pero además, ya es Diciembre. Es un hecho que apenas llegado este mes todos los chilangos entramos en onda ya-casi-es-Navidad-tengo-que-arreglar-la-casa-además-ir-comprando-lo-de-la-cena-y-los-regalos-y-el-tráfico-está-horrible-y-qué-me-voy-a-poner-para-el-año-nuevo-¿cuándo-me-dan-el-aguinaldo?-tengo-que-ver-a-los-amigos-antes-para-darles-el-abrazo... ohhh, la neurosis colectiva.´
Auméntenle a eso que cerca de casa están haciendo la nueva línea del Metro y hay calles y avenidas cerradas, por lo que salir de esta su casa (su depa, más bien)  por la tarde para ir hacia el norte de la ciudad se vuelve un martirio. Y regresar ni se diga.

Ya para terminar mi habitual rosario de quejas decembrinas, les platico que no tengo vacaciones en estas épocas. Oh, no. Eso de ser empresaria (micro-mini-nano empresaria) implica estar al pie del cañón todo el año, y por lo que se ve, esta temporada navideña no va a ser la excepción. Gracias a mis clientes, de verdad les agradezco el tsunami de trabajo... sólo desearía que estuviera mejor repartidito a lo largo del año. Así que tendré que hacer mis compras del super a horas tempranas de la mañana, planearé las salidas con los amigos como si fueran campañas militares (GPS en mano) e involucraré a la familia en el arreglo de la casa (el Grinch en mí se rebela, pero este año no nos escapamos de las esferitas y las campanitas jingle all the way).

Diciembre me gustó... ¡para hibernar!
"Ya, ya, mucho bla, bla, bla. ¿Y dónde está el reporte que te pedí hace 10 minutos? ¡Movidita, ¿eh?!"
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