marzo 28, 2011

Ash, qué corriente


Ando dando toques por doquier. Por la electricidad estática, entiéndase. Desde que llegué al nuevo depa he sufrido (no hay mejor palabra) de las cargas estáticas como nunca antes. Hay días en que al tocar CUALQUIER superficie siento la descarga. Vamos, hasta de oye el chzzz-trac!! del toquesazo.
No hay alfombras sino piso de loseta, estoy usando la misma ropa y zapatos de siempre y los aparatos eléctricos son los mismos. Uso hojitas suavizantes-antiestática para secar la ropa (como siempre), pero no importa qué me ponga, los chispazos están ahí, todo el día. En la desesperación (imagínense tener que mojarme las manos para tender las camas) compré y he estado usando un spray antiestática, con resultados desiguales. A veces funciona, a veces no.
Tengo que pensarlo dos veces antes de sentarme en los sillones de la sala, porque sé que al levantarme voy a reaccionar con tremenda descarga al tocar cualquier cosa. Sí, aún cuando toque madera (literalmente) primero, si  me acerco al picaporte de la puerta o al herraje de un cajón.. trac!! Qué desfibriladores ni qué nada...

Supongo que algo tiene que ver la sequedad del ambiente, pues ayer estuvo nublado y parecía que iba a llover y no sufrí tantas descargas. En algo me ayuda la humedad, pero la temporada de lluvias todavía está muy lejos.

Si alguien sabe algún remedio, avísenme por favor. Mi última opción es andar con guantes toda la vida... aunque esa opción tampoco sirve, doy toques incluso a través de la ropa. Esto ya no es divertido.

marzo 23, 2011

Yo confieso...

... Que hay preguntas que me sacan de quicio. Pero como soy muy diplomática (ajá) las respondo con toda propiedad y haciendo uso de los clichés apropiados para el caso, aunque las respuestas reales, de ser expresadas, no serían ni tantito diplomáticas:

- ¿Te puedo hacer una pregunta? No

- ¿Estás enojada? No lo estaba, pero ahora sí

- ¿No te molesta si...? Sí, sí me molesta

- ¿Cómo me veo con este(a)... ? Fatal

- ¿Me podrías...? Sí podría, pero no quiero


 ¿Y si de hoy en adelante contesto siempre con brutal franqueza? O tal vez pueda sustituir las nada corteses respuestas con aquella frase de película:
You can't handle the truth!!!



Gracias a Carmen Tye por la invitación al Miércoles de Confesionario. Ahhh, se siente bien sacar algunos trapitos al sol.

marzo 15, 2011

Tenemos un problema


Tlacoyo - Los tlacoyos o clacoyos son un antojito mexicano, que consiste en una tortilla gruesa ovalada y larga, preparada con una mezcla de masa de maíz y frijoles o habas cocidos, secos y molidos, la cual puede ir rellena de diversos ingredientes (frijoles, habas, carne, requesón, etc.) y sobre la cual se pone una mezcla de ingredientes como nopales, queso, chile y cebolla. - Wikipedia

He ahí el problema. Soy tlacoyoadicta. Y quesadilladicta. Y tamaliadicta. Y todas esas delicias se pueden encontrar a diario en un radio de apenas dos cuadras de mi actual domicilio. Adiós dieta, hello lonja. Aquí está la prueba del crimen: el tlacoyo de hoy, adquirido en el tianguis (mercado móvil) de aquí cerca.
Ahora me doy cuenta de lo difícil que es llevar una dieta viviendo en la gran ciudad. Hay tentaciones por todos lados y muchas a precios módicos, cuando no francamente ridículos. Claro que evito los tacos de 3 pesos, pero de que los hay, los hay.

Cuando vivía en los suburbios de una ciudad más pequeña tenía que hacer la compra de víveres una vez a la semana, dadas las distancias y el tiempo que implicaba, pero eso también significaba que no había tentaciones de este calibre en los alrededores, a lo más las papitas y el refresco en la veintiúnica tiendita del lugar. Y como tenía bastante espacio para almacenar, no había razón para salir tan a menudo. Ahora, sin tanto espacio y más opciones, estoy regresando a la rutina de "hacer el mandado" casi a diario, pero eso implica exponerme más a los pecados.
Para complicar más las cosas, aquí estamos rodeados de restaurantes, desde taquerías hasta buffets de comida china, pasando por las inevitables pizzas y uno que otro notable restaurante de barrio. Por ejemplo, con una caminata de menos de 10 minutos llego a un restaurante argentino de comida casera (nada que ver con las populares pero estandarizadas parrillas argentinas), donde recientemente probé un potentísimo consomé de cordero de increíble sabor. Con una caminata más larga llego al centro de Coyoacán, con su inagotable oferta gastronómica. Y, maldita sea, muchos lugares tienen entrega a domicilio. Mi anterior domicilio se consideraba fuera de las zonas de entrega de muchos servicios, así que ahora pedir una pizza y recibirla en casa es todo un suceso.

Así que a darle con más ganas al ejercicio, tanto de fuerza (¡ya volví a las pesas, yeeeii!) como en la modalidad de cardio, pues es ese el que ayuda a bajar de peso. Más y más ejercicio porque las calorías me atacan por todos lados y la carne es débil.
¿Gustan otro tamalito?

marzo 07, 2011

Living in a box

No es la primera vez que vivo en departamento, nooo. Mi primera experiencia fue en un depto de interés social, en un barrio bravo del oriente de esta ciudad, en el que realmente viví cómoda y nunca tuve malas experiencias, pese a ser una zona conflictiva. Pero comparativamente, ahora estoy en la gloria. Además de lo agradable del barrio, tengo la fortuna de compartir edificio con gente muy tranquila, limpia y cooperativa. Y muchos tienen mascotas, así que nadie levanta la ceja ante la presencia de nuestro gatito. Abundan los perros de talla pequeña, que para mi sorpresa no ladran dentro de los departamentos, lo cual sería muy notorio... porque sí, a pesar de que el edificio es de construcción sólida y relativamente antigua, los ruidos viajan a través de ventanas, paredes y pisos, al grado de que ya conozco las rutinas de mis vecinos sólo por esos ruidos compartidos.

Mi techo es el piso de Taconcitos, mujer joven que se levanta a la misma hora que yo y que se viste rauda para atender sus obligaciones, taconeando por toda su casa antes de cerrar su puerta al salir a eso de las 8. Hoy por fin nos saludamos al coincidir en la escalera. Tenemos también en el piso de arriba a Perros Locos, un par de beagles hermosos, pero uno de ellos tiene mal carácter. Sus humanos son muy puntuales para sacarlos a pasear un par de veces al día, pero si no los sacan para su paseo nocturno los animalitos rascan la puerta con gran enjundia, al grado que la primera vez que los oímos salimos de nuestro depa para ver qué pasaba. Supongo que ese día los humanos tuvieron un compromiso, porque llegaron tardecito. Al fondo de nuestro pasillo están Niños-con-Mochilas, una familia con dos niños (encantadores todos, ayer nos presentamos mutua y formalmente) que llegan puntuales a las 3 p.m., suben con estrépito por la escalera y tras cerrar la puerta tras de sí pasan la tarde súper tranquilos. En alguna vivienda que no he logrado identificar está Tres Sonadas, caballero que limpia su nariz sonoramente tres veces todas las mañanas. Tal vez es el mismo de los Cigarros-a-Deshoras, fumador que de repente se echa su cigarrito muy avanzada la noche, por lo que a veces el aroma (yuk) llega hasta la ventana abierta de mi recámara, a horas insólitas de la madrugada.

Cierto, debería ponerme a hacer algo en lugar de estar fiscalizando a los vecinos...

Imagen: Maru, el gato japonés con una extraña fijación por las cajas... y un compañero humano con mucho tiempo libre y una cámara siempre lista para filmarlo. Acá unos ejemplos.

marzo 01, 2011

Taco de ojo

Sigo con las rutinas tergiversadas, producto de mi reciente cambio de residencia. En casa volteo hacia cualquier lado y sigo viendo pendientes por hacer: cajas que desempacar, ropa que guardar, cosas y cosas que pensé que iba a necesitar y que llevan semanas perdidas dentro del mismo departamento... sin que las eche de menos.
Lo que sí estoy echando de menos es la tele. Seguimos en busca del aparato que nos dure un buen tiempo, nos dé el servicio que queremos y que esté dentro del presupuesto. Por eso no ví la entrega de los premios Óscar, evento que siempre disfruto principalmente por el taco de ojo por partida doble: me encanta ver los modelitos de las actrices y demás invitadas, y a los modelitos que son algunos actores. Así que a falta de tele, me sumergí en el blog de moda de Tom y Lorenzo, donde además de las fotos se pueden leer comentarios francamente disfrutables. Y haciendo honor al titulo de este post:

Robert Downey Jr. salió muy serio en esta foto, pero sabemos que de serio no tiene nada.

Y Mark Wahlberg resultó ser superchaparrito. Pero no importa, así caben mejor él y Mr. Downey en mi departamento :)  (¿Ya vieron The Fighter? Muy recomendable)

¿O mejor el grandote Hugh Jackman? Lo cierto es que su esposa debe ser una santa supermujer, miren que haber atrapado semejante ejemplar... La señora tiene un gusto impecable en cuanto a los caballeros, en cuanto a la ropita, ehem, luego hablamos.

Cheers!
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