abril 29, 2009

¿Podemos hablar de otra cosa ? 1 - I’m too sexy for my shirt

(En solidaridad con quienes ya están hasta el copete de la maldita influenza, este blog se dedicará a temas super-light de aquí hasta que pase la emergencia... o antes si ocurre algo muy muy importante)
I’m too sexy for my shirt. Así decía una canción noventera que hacía mofa de la moda y los modelos. Hagan de cuenta la película de Zoolander, pero en canción. Lo terrible del caso es que el mundo de la moda no está taaaan lejos de esos ejemplos.
Confieso mi afición por la moda. La alta costura, los diseñadores, las revistas, las tiendas, etc., me resultan extraordinariamente atractivos... aunque mi closet demuestre lo contrario. Incluso en alguna época estudié diseño de modas, pero me resultó frustrante que la carrera estuviera pensada para la formación de los herederos de empresas relacionadas con la ropa. Por lo que vi, es un medio extraordinariamente difícil para quienes no están conectados desde la cuna con la industria, así que dejé a un lado esos anhelos y satisfago mi sed de haute couture leyendo el Vogue gringo, estudiando un poco la historia de la moda y visitando los sitios de ropa vintage.


Hace algunos meses el actor Sacha Baron Cohen (creador del inefable Borat) protagonizó un divertido escandalito al salir vestido así en la pasarela de Agatha Ruiz de la Prada en Milán (salida totalmente clandestina, por supuesto):

Todo el numerito es parte de una nueva película de Cohen, con otro de sus personajes (Bruno, ahora un reportero austríaco) como protagonista, y centrada en la industria del fashion.
Me encantó la puntada del buen Sacha, particularmente en un desfile de Ruiz de la Prada, una diseñadora que cree que nos veríamos di-vi-nas con vestiditos de este estilo:
¡Habrá que ver la película!

abril 26, 2009

Know thy enemy

Conoce a tu enemigo. Y para México, este fin de semana el enemigo no fue el narco ni la crisis económica, sino la influenza porcina. Ni los grandes capos ni la falta de lana hicieron lo que hizo una enfermedad: mantener en casa a la población del D.F. y hacer los pocos que asomaron su naricita a la calle lo hicieran con los ya imprescindibles tapabocas.
Yo tuve que ir al D.F. el fin de semana y además de tapabocas utilicé guantes desechables para agarrarme de los tubos en el transporte público. El miedo no anda en burro, pero sí en Metrobús. Ya me hice experta en utilizar escaleras eléctricas sin tomarme del pasamanos y en saludar de lejecitos a los amigos.
Y a falta de fotos de nuestro enemigo común, esta es una del virus de la influenza estacional:
Y la interpretación que da del mismo el diseñador de juguetes de la línea Giant Microbes:

Simpático el muchacho, ¿verdad?.
Pues esperemos que en unas semanas más podamos ver con gracia al virus del momento, mientras tanto, a lavarse las manos y cambiar hábitos, pues esto va para largo.
(Con los mejores deseos y respeto para todos los afectados y sus familias.)

abril 16, 2009

Crónica de una dieta anunciada 3 – Los buenos de la película

Estos alimentos resultan un consuelo en tiempos de dieta, tiempos que en mi caso se van a prolongar indefinidamente. La clave es la moderación, lástima que ese no es mi fuerte.
Manzanitas de Chihuahua
Más baratas que sus primas de Washington y más chiquitas, por lo que una de ellas es la ración justa y necesaria para mi dieta baja en azúcares. Su consumo apoya a los productores nacionales. Y son ricas.

Chile piquín
Ahhh, qué sería de los pepinos y la jícama sin el piquín. En momentos de ansiedad, puede brindarle algo de emoción a la muy rutinaria sopa de verduras. En momentos de extrema ansiedad se lo pongo hasta a la gelatina. Adminístrese sólo en la dosis indicada, puede causar adicción.

Queso panela (No hay foto porque la familia se lo acabó a mis espaldas)

Asado, fresco en sándwiches o sobre una tostada (horneada, no frita) provee la anhelada sensación de comer algo un poco más elaborado que una hoja de lechuga. Y aporta calcio.

Hasta el momento no me ha aburrido (demasiado) la dieta. Pero eso sí, he comprobado que a los entes de ciudad y oficina nos sale caro estar sanos. Entre las enormes cantidades de verduras, los alimentos sin grasa y el gimnasio no solo adelgazo yo, sino también mi cartera.

abril 13, 2009

D. F. Ink

Hay Miami Ink, hay L. A. Ink, y hace relativamente poco descubrí que hay una muy robusta cultura “ink” en el D.F. Me refiero a los tatuajes, sus artistas y sus fans. Fans a los que me he unido.
Hace algunos años los tatuajes me parecían cosa de metaleros y motociclistas. Y de adolescentes rebeldones que al paso de los años se arrepentían profundamente de los dibujos plantados en su piel. Y aquí estoy ahora, bastante lejos de la adolescencia y de las crisis existenciales de los treinta años, luciendo mi primer tatuaje, después de un año de investigaciones, pruebas, echadas para atrás y reconsideraciones.


Mis pesquisas me llevaron a considerar tres estudios en el D.F. para hacerme el susodicho tatuaje. De los tres, elegí Evolution Tattoo por sus buenas referencias y porque tienen un especialista en caligrafía. Justo lo que necesitaba. Cuando fui a averiguar en persona y a hacer la cita, me encontré con la sorpresa de que la clientela distaba mucho de ser exclusivamente metalera y motociclista: una parejita de novios, una chica oficinista, un gringo muy formal y de mediana edad... gente parecida a mí pues.
¿Cuántas personas habrá ahí afuera que, calladitos, calladitos, llevan sus tatuajes bajo el traje o la blusa, simplemente como una expresión personal? ¿Cuántos como yo eligieron esa forma de marcar un momento de sus vidas, un cambio, una pérdida, un encuentro...?
En mi caso, mi tatuaje es tanto la marca de un cambio como el recordatorio de un compromiso. El momento en que decidí hacérmelo fue muy importante y lo seguirá siendo. La edad que tengo me permite tener la certeza de que no me voy a arrepentir de la marca en mi piel más adelante. Y la experiencia en sí fue iluminadora: el dolor del procedimiento es intensito pero soportable, la técnica y la higiene son fundamentales, los tatuadores profesionales son verdaderos artistas, y las endorfinas que liberó mi cerebro hicieron que saliera del estudio feliz y eufórica, como si me hubiera tomado unos tequilitas con los amigos y sin temer la cruda posterior.
Y lo más sorprendente de todo: ya estoy planeando con alegría cómo va a ser mi segundo tatuaje.

(Saludos a Roy y a todos en Evolution, son realmente profesionales)

abril 03, 2009

El blog que clama en el desierto

Desde el año pasado he tenido una serie de cambios en mi estilo de vida que han resultado distintos a lo que esperaba, pero importantes de todas maneras. De hecho, mi idea de escribir un blog surgió cuando me enfrenté a la posibilidad de cambiar de país y realmente necesitaba un lugar para escribir sobre las experiencias que esperaba tener. Y resultó que el cambio se quedó en veremos, pero el blog llegó aquí para quedarse... espero.
Aquí en el blog me suelto el pelo y hablo (escribo) sobre lo que me pasa y me interesa, un poco (muy poco) más allá de mi faceta de profesionista-esposa-ama de casa. No dejo ser eso, pero soy algo más también. Y conozco por vía cibernética gente diferente a mi círculo habitual, lo cual celebro y agradezco. Real, real, realmente lo agradezco.
Esto del blog es muy buen ejercicio para el músculo creativo. Me tengo que contener para no hacer las entradas demasiado largas ni demasiado personales. Y lo suficientemente atractivas como para que las lean ustedes, no nada más yo y... ehem, iba a decir “yo y mi familia”, pero aquí viene un detalle pedregoso: aunque he atosigado a mi familia y amigos para que lean regularmente el blog, creo que no he tenido mucho éxito. Lo cual, pensándolo bien, no es del todo negativo.
Aunque me muero de ganas de que la amiga fulanita o el pariente zutanito me hagan algún comentario, sea por este mismo medio o por otro, es refrescante saber que tengo una plataforma distinta de expresión que tal vez ellos y ellas nunca verán. Es raro, pero sonrío un poco cada vez que lo pienso.
Así que no tiene nada de malo clamar en el desierto, cuando el desierto está habitado por criaturas tan interesantes como los blogeros que estoy conociendo.
¡Infinitas gracias y abrazos para tod@s!
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