diciembre 22, 2013

Montañas de libros 2 y último - Los protagonistas

Sí, ya se que andan de vacaciones, pero hay que acabar lo que se empieza...

El gran atractivo de la Feria Internacional del Libro (vean la primera entrada al respecto por acá) es poder conocer a los autores que nos interesan, que nos causan curiosidad... o que simplemente suenan en los medios. Y también, ver y escuchar a otros muchos que no conocíamos pero cuyas experiencias pueden ser muy interesantes y entretenidas.

Así, sin querer, en los lobbys de los hoteles cercanos a la FIL se puede uno codear con escritores, comentaristas e intelectuales de todos los calibres. Para abrir boca, el primer día que anduve por ahí compartí la comida (de lejecitos) con Guadalupe Loaeza, quien estaba sentada en la mesa de al lado, departiendo alegremente con sus acompañantes.

En otra ocasión, caminando por los pasillos del piso de exhibición, vi un tumulto muy bien resguardado por elementos de seguridad y ahí, a lo lejos, estaba Elena Poniatowska, muy celebrada y recién premiada:
Y nunca pude tomar una foto en la que no apareciera la chica de la cola de caballo...
Las presentaciones de libros son la carta fuerte de la FIL, algunas son pequeñas, otras muy concurridas y otras francamente masivas. Además de la literatura, también hay una gran presencia de ilustradores, caricaturistas y artistas gráficos. Asistí a las presentaciones del gran chlieno-ecuatoriano Alberto Montt (acá su muy famoso blog), siempre tan ácido y tan cercano. Una presentación que parecía casi íntima pero que a final de cuentas estuvo abarrotada (yo llegué temprano, así que me tocó un excelente lugar)...

Jovenazo y muy, muy buena onda.

...y a la de los entrañables, irreverentísimos e inefables moneros mexicanos Jis y Trino (acá su página de Facebook dedicada a La Chora Interminable, su podcast/programa de radio semanal), para la cual la cola para entrar era inmensa pero también lo era el salón en el que se llevó a cabo la presentación, así que todos los asistentes estuvimos muy cómodos y muy felices.

Aplausos de nuevo a los organizadores, por cierto.

Lo siento Diego Luna, estabas demasiado a la derecha de la foto y no alcanzaste a salir...
Además de los autores, también es muy atractivo ver y escuchar a los presentadores, quienes tienen la nada sencilla tarea de moderar las interacciones entre el respetable público y los autores. Un buen presentador puede levantar del todo una plática que no parecía tan interesante en el programa, o ayudar a un autor medio tímido o con pánico escénico... y a veces la gente acude más por ver al presentador que al autor (hace muuuchos años me tocó ir a múltiples presentaciones de libros donde la promesa siempre era "parece que va a venir Carlos Monsivaís"... y nunca llegaba. Marketing literario, jejeje).
 
Y luego de la presentación ¡a correr al stand de la editorial, libro en mano, para conseguir el ansiado autógrafo! Divertidísimo en verdad, a nadie le da pena convertirse por un momento en fan-girl. Bueno, yo todavía lucho contra la penita, pero ya me estoy soltando el pelo.

Ahhh, qué gran experiencia la de acudir a la feria...
¡Y desde hoy, hago votos por regresar a Guadalajara año con año, para no perderme esta gran fiesta que es la FIL!

diciembre 08, 2013

Montañas de libros 1 - El azoro

En días pasados tuve la enorme fortuna de visitar la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, Jalisco, que se llevó a cabo del 30 de Noviembre al 8 de Diciembre de este año (su sitio web por acá). Mi visita fue corta y a la carrera, ¡pero vaya que la disfruté!

La feria es enorme, la más grande de Iberoamérica, y la cantidad de eventos culturales, pláticas informales, conferencias, presentaciones de libros y todos los etcéteras es apabullante. Todo el universo literiario y algo (mucho) más bajo el techo de la Expo Guadalajara, un complejo especialmente diseñado para exposiciones de enorme aforo, muy cómodo y sorprendentemente bien organizado. Mucha seguridad, puntualidad y limpieza, pese a las hordas de público general que, en verdad os digo, me hicieron temer a ratos.

Apenas pude recorrer los casi siempre abarrotados pasillos, acudir a algunas presentaciones y, claro, comprar libros... pero me faltó tiempo y energía para aprovecharlo todo. Sobre todo tiempo, que la energía se podía recuperar sentándose un rato y tomando una buena comida ya fuera dentro o fuera de la Feria. ¿Comida Kosher, anyone?

Sin más, aquí algunas imágenes:

Vista general... en un extraño momento en el que no había mucha gente
Además de libros, había artesanías y objetos muy interesantes. Este es el stand de Israel. (Y esta foto debía ir más abajo, pero hoy Blogger no quiere cooperar). 


Israel fue el país invitado, su enorme pabellón de cajas apiladas fue un exitaso... y un dolor de cabeza para los vigilantes que trataban de que la gente no subiera demasiado a este Ararat de huacales (dicho con la mayor admiración, estaba bien bonito).


En la sección internacional, los pabellones de Chile...


...Argentina (el país invitado el próximo año, ¡va a estar macanudo!)
...y Alemania, entre muchos, muchos otros.


Y en la sección nacional, editoriales grandes y pequeñas presentes con una oferta inagotable de títulos. Sexto Piso tiene propuestas muy interesantes, por ejemplo.


El pabellón de Editorial Porrúa, con los libros de toda la vida (¿recuerdan la colección "sepan cuántos", indispensable en la secundaria?) y nuevas ediciones.


La enorme presencia del Fondo de Cultura Económica.
Veo las fotos y me quiero regresar a la bella Guadalajara, que no tuve tiempo de visitar en plan turístico, pero que me recibió con un tsunami de papel e ideas que apenas puedo tratar de entender.

Y en la próxima entrega, la gente, los autores, y su blogger de confianza en plan de fan-girl-from-hell.
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