noviembre 10, 2008

Karma Chameleon

Tengo un problema. Bueno, tengo varios problemas, pero el que voy a tocar es... chistosito. O banal, según se vea.
Desde hace meses quería incorporarme a la blogósfera, pero estaba esperando que mi vida se volviera más interesante, para tener algo de qué escribir. Hasta que me di cuenta que: a) mi vida no se iba a volver más interesante, y b) realmente tenía ganas de escribir. Así que aquí estoy.
Mi problema es que soy un camaleón verbal. Si vivo algunos días en un lugar donde la gente tenga un acento diferente al mío (chilangus chilangus), lo adopto rápidamente. Cuando leo, acabo no solamente escribiendo, sino pensando con el estilo y la cadencia del autor. Dependiendo de mi lectura en curso, me he pasado semanas pensando en el tono de García Márquez o Elena Poniatowska. Y supongo que ahora estoy escribiendo con el estilo campechaneado de los múltiples blogs y artículos que he estado leyendo últimamente. Y no se diga en mi trabajo: después de revisar y editar trabajos médicos, por ejemplo, acabo hablando como doctor. O como agente de seguros, o como técnico de minería, según el caso.
Para acabarla de amolar, desde antes de que me dedicara a la traducción el idioma inglés ya era una parte importante de mi vida, así que comencé a pensar en inglés, al grado de que hay muchas ideas y conceptos que me es más fácil expresar en ese idioma. Lo cual debe ser altamente irritante para algunos de mis congéneres.
“Encontrar tu voz”, creo que así le dicen al proceso de generar un estilo propio. Claro que no pretendo escribir profesionalmente, pero por lo menos no quiero ser acusada de plagio. O de vil copiona. Así que esto del blog no es sólo un ejercicio creativo-ciberespacial y de flagrante ego trip, sino una búsqueda de mi auténtica voz.
Algún día podré decir:
I’m best at being myself.

2 comentarios:

Jan dijo...

Me identifico con eso. El verdadero escritor siempre es "tímido"

FerGil dijo...

Todo blog tiene un componente de "ego trip" inevitable, jejeje. La cosa es hacerlo con la suficiente honestidad como para que no dé tanta penita, no?

Es decir, en algún lugar leí que algo es plagio si al autor le provoca pena ser exhibido ante al autor original. Si uno lo hizo sin la intención de plagio, con ganas de ser original (a pesar de que se diga que nada es verdaderamente original) no hay realmente plagio, solo similitudes e influencias, no?

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