abril 08, 2012

Foot fetish

Creo que es inevitable caer en ciertas rutinas. Por ejemplo, la rutina de los domingos para Mr. y Mrs. Özer es ir al gimnasio hacia el mediodía, hacer sus olímpicos ejercicios y salir bañaditos y bien peinados rumbo a algún restaurante... que 9 de cada 10 veces acaba siendo algún cumplidor Vips (bueno, eran cumplidores, esto lo trataré en otro post), en donde siempre ocupamos alguno de los asientos tipo gabinete. Pues así lo hicimos este último domingo, y cuando estábamos a la mitad de nuestras reconfortantes sopas llega la jefa de meseras y nos dice algo de este efecto:
"Me da muchísima pena, pero dice otro comensal que le molesta que el señor se haya quitado el zapato, por aquello de la higiene y bla bla bla..."

Me explico, Mr. Özer portaba (como siempre que sale del gimnasio) sus zapatotes de cocodrilo:
Y al calor de la plática y las viandas se había quitado uno de ellos para que se le oreara la patita recién nadada y bañada, que por supuesto no portaba calcetín. Al comensal en cuestión le quedó el níveo pie de mi marido en su línea de vista (que ha de ser muuuuy amplia para abarcar las partes inferiores de las mesas). No, la persona en cuestión no estaba al lado nuestro, sino varios gabinetes más allá, pero tuvo a bien pedirle a la jefa (o supervisora, no sé) que nos pasara su queja... la cual por supuesto no fue bien recibida por mi esposo el de la pata al aire. Omitiré el breve pero contundente intercambio (que no incluyó al quejoso) y sólo diré que seguimos con nuestra comida.

Ahhh, los pies levantan grandes pasiones. Yo también acostumbro quitarme el o los papos al comer en casa, y de hecho lo estoy haciendo ahora al escribir, así que si a alguien le molesta esa idea, lo invito a retirarse de la lectura. OK, prosigo. Estoy segura de que he caido en la tentación de quitarme algún zapato en el Vips, y probablemente si no lo hice ese día fue porque traía huaraches con correíta. Y, pensándolo bien, el quisquilloso comensal también tenía a la vista mis desnudos y pedicurados deditos de los pies... ¿acaso le habrán dado cosita?
Eso de los zapatos en tiempos de calor es algo muy subjetivo. Digamos que mi esposo no hubiera traído sus tremendos Crocs sino algo como esto...


 ...y supongamos que NO se hubiera quitado esta chancla. Técnicamente, eso sería "kosher", pero ¿realmente este calzado cubre algo más que la planta del pie? ¿En verdad es más peligroso y antihigiénico un pie desnudo e inmóvil bajo una mesa, que un pie calzado con una sandalia de pata de gallo? Vamos, antihigiénico el suelo, y estoy segura de que el dueño de mis quincenas no estaba apoyando el pie en la alfombra, sino en su propio zapato, a no menos de 3 metros de los pies del escrupuloso y anti-patológico caballero. El hombre, joven por cierto, estaba acompañado por dos venerables viejecitas. Tal vez una de ellas fue la quejosa original, y él solo transmitió la incomodidad a la supervisora y ésta a nosotros. Oh, cuánta gente alterada por un pie.

Muy a tono con las vacaciones, pensemos en las playas y las albercas, donde muchos vacacionistas descalzos disfrutan de sus piñas coladas, cocos locos, coctelitos de mariscos y papas llenas de salsa, mientras otros bañistas descalzos y (¡gulp!) semidesnudos corren, vuelan y se aceleran a su alrededor. Cuestión de contextos, supongo. Una cosa es la alberca y otra el Vips, aún bajo la mesa. Y, pensándolo bien, ¿qué tal que mi esposo se hubiera sentado unos centímetros más a la derecha, manteniendo la ofensiva extremidad fuera de la vista? Mismo pie descalzo, nula queja. Ojos que no ven, corazón que no siente.

El caso es que, para evitar la tentación de quitarme los zapatos y exhibir mis exfoliados talones al mundo, tal vez empiece a usar botitas de este estilo. Modestas y abrigadoras, ¿verdad?

6 comentarios:

Ale lu dijo...

Ahh cómo reí con esa frase de "mi esposo, el de la pata al aire" jaja

Ps qué azotado tu vecino de mesa, la verdad yo lo último en que me fijo es la parte de abajo de las mesas, si no le gusta ver ese tipo de "espectáculos" pues que voltee para otro lado jaja

Besos y saludos pa'l de la pata aireada jaja

juandavid dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
juandavid dijo...

Jajaja... me recuerda a la viejita que llamó a la policía a qujarse porque su vecino caminaba desnudo con la cortina abierta... El policía entra, mira por la ventana y le dice a la viejita que solo se ve de la cintura para arriba y la vieja furiosa le dice: Sí, pero si me subo a esta silla lo veo completito!!!

Ale dijo...

diosesssss,, tienes toda la razón,, las sandalias no cubren nada y es mas que molesto que te anden mirando d ebajo de la mesa!!! jeje yo no me quito los zapatos en la mesa por q ue tengo pleito con mis hijos,,, siempre lo hacen.. PERO DEJAN LOS ZAPATOS entons.. a predicar con el ejemplo... ¡¡ me los quito en la compu!!! bstsss!!!

Verónica García dijo...

=D mi noviecillo usa de las llamadas patas de gallo y estoy segura que las viejecitas y el alucinado no solo se hubieran quejado sino, hubieran caido fulminados por un infarto porque tiene los pies FEOS, limpios, pero feos =/ y el los luce con mucho orgullo =D
Yo tambien tengo la costumbre de sacarme el zapato cuando son de metedera o si cruzo la pierna me pongo a balancearlo en el dedo =D
Nunca se ha ofendido nadie!

marujims dijo...

jaja imagino a esa gente por estos lares en pleno verano donde lo que abundan son las patitas al aigre.

Alguna vez en el banco donde trabajaba hicimos una encuesta entre los empleados que era lo primero que hacian al llegar a casa y el 90% fue quitarse los zapatos.
yo no tengo remilgos con los pies pero si se de gente que le causa problemas unos pies desnudos. Como diria un amigo ya fallecido, pos que frujis.

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