Cositas

...Pero muchas cositas. De-ma-sia-das cositas. Eso es lo que había en casa, antes de que la familia decidiera por unanimidad empezar el año con una limpieza profunda. Aunque yo ya había iniciado este esfuerzo hace meses, no lo estaba haciendo con la suficiente contundencia como para que se vieran resultados. Ahora que le echamos montón y aprovechando los días flojones de finales y principio de año, ya se ve diferente nuestro nidito de amor.
Me encanta esta casa, pero, como en el caso de las grandes bolsas (carteras) que aveces usamos las mujeres, entre más grande el contenedor, más cosas acumulamos. Aquí tenemos bastantes muebles con puertas y cajones, así que no se veía mucho desorden, pero al abrirlos y analizar a profundidad lo que teníamos... ¡Santos hoarders, Batman!, encontramos enormes cantidades de basura que venimos cargando, en algunos casos, desde varias mudanzas atrás.
Bueno, dicen que la basura de unos es el tesoro de otros, así que aprovechando el servicio de recolección de reciclables que tenemos en el fraccionamiento (¡gracias a todos los involucrados!) a la vez que limpiamos vamos separando los materiales y ya hemos hecho dos entregas importantes de papel y derivados, vidrio, plástico, etc. para reciclar. Los papeles con información confidencial pero ya innecesaria los estamos quemando y realmente lo que queda de basura es poco. Y aún así, la dejamos separada para que no se contamine con la basura "sucia" y pueda ser rescatada por los pepenadores locales.

Otros artículos en desuso los estoy separando para donarlos a alguna o algunas instituciones. Supongo que todavía muchos no se reponen de la rosca de Reyes, porque no he encontrado respuesta a mis solicitudes de que se los lleven. Pero entre mi ayudante doméstica y mi jardinero ya le dieron un buen bajón a la montañita de sábanas y cobertores, artículos de cocina, adornos de navidad (¡ya quería un cambio, caramba!) y demás chucherías en decoroso estado de conservación, pero que simplemente ya no utilizo.
Y finalmente, los adornitos. Ahhh, las monerías con que amablemente nos han halagado amigos y parientes... en cantidades que me hubieran permitido poner una tiendita de decoración vintage, si la economía estuviera en mejor forma. Un tsunami de cajitas, cristales, piedras talladas, cerámica, figuras de madera... he aquí una muestra ínfima:

¿Lindas, no?, pero se fueron multiplicando como conejitos, todas obsequios, en vistas de formar una colección, hasta que me dí cuenta de que no tengo la disciplina para curar colecciones de ningún tipo. Guardé las cajitas y otras muchas cosas por un tiempo, reordené los artículos restantes... ¡y volví a llenar los espacios! Mi familia es brutalmente generosa. Pero en serio, ya no me regalen cositas... ¡mejor donen el dinerito a una buena causa!

Una semana de tratamientos de spa para su servidora, por ejemplo. Después de tanto polvo, papel y carga de objetos pesados, estoy deshecha. ¡Y vamos a menos de la mitad de la empresa!