mayo 25, 2010

Cal y arena

Estamos haciendo obras de mantenimiento en casa. Bueno, “estamos” es mucha gente: nuestro maestro albañil y todólogo de confianza las está haciendo, la labor de la familia es administrar el presupuesto y cuidarse de no pisar el cemento fresco.
Noble labor la de los albañiles. A punta de mazo y cuchara hacen de un montón de piedras una pared sólida, por decir algo. Noble y duradera labor. Volteen a su alrededor, seguramente están leyendo esto bajo un techo, con paredes protectoras y quizá alguna ventana. Alguien hizo todo esto, alguien (todo un equipo) a quien no conocimos pero de quien disfrutamos su trabajo. Conozco gente que es buenísima para la auto-construcción y el mantenimiento doméstico (una amiga mía instaló su cocina integral com-ple-ti-ta), pero la mayoría dependemos de anónimos trabajadores para poder vivir cómodamente.
Hacía ya un buen tiempo que no veía de cerca estos procesos: cómo el agua y el cemento se convierten en materia dura que sostendrá mis pasos. Y la magia de las matemáticas que, bien aplicadas, reparan desniveles y ángulos antiestéticos. Tal como en el antiguo Egipto o en la Mesoamérica prehispánica: un nivel, una cuerda, mucho trabajo... y surge una obra que, aunque es pequeña, espero que dure muchos, muchos, muchos años más que yo.

Foto: Hacienda de San Antonio el Puente, Morelos. Construida hacia 1850.

6 comentarios:

Lanezi dijo...

yo también estoy de obras; y al igual que tú admiro muchísimo ese trabajo; tan duro y tan infravalorado; pero son una especie de artistas que a partir de materia prima crean maravillas que seguirán aquí durante años y años.

Esperaba que nos hablaras un poco de tu opinión sobre el final de Lost, sabes que no la he seguido, pero cuando me enteré que transmitirían el capitulo final me acordé de tí.
Aquí fue todo un acontecimiento y hubo muchos que se levantaron a las 6 de la mañana para ver la transimisión que se hizo al mismo tiempo que en América.

Anónimo dijo...

Anónimos, es cierto. El mundo no funcionaría sin los anónimos; los que portan grandes títulos no se "ensucian las manos" nunca, sólo dirigen.

Yo también me he acordado de ti con esto del final de Lost. ¿Lo viste? Yo hace unos días, en la madrugada me eché un capítulo, donde enjuician a ¿cómo se llama? la chica bonita, pero al final del capítulo me quedé con la boca abierta y me dieron ganas de ver más.

Besitous

Özer dijo...

¡Gracias por los comentarios y la sugerencia! Ya estoy cocinando el post sobre el final de Lost, que da para muuuuucha plática.
Besos ;)

Anónimo dijo...

ya me imaginaba que lo estabas preparando concienzudamente

Lanezi dijo...

me llamó la atención tu comentario sobre los e-books, fíjate que yo también soy pro-libro, no hay comparación en la experiencia completa entre leer en papel o en versión digital. Sin embargo sí leo muchos e-books, porque ocupan menos espacio y son más baratos. Si alguno no me gusta, lo elimino de mi colección; pero si encuentro alguna lectura memorable; entonces sí que lo compro en papel para tenerlo en mi librero y volver a releerlo cuando me apetece.

Sin embargo no que querido comprar un lector de e-books, ya que en casa lo hago en mi portatil, y si salgo leo en la PDA. No dan la misma calidad que la tinta electrónica de los e-b readers, pero no creo necesario andar comprando más trastos.

Pequeña Capitali$ta dijo...

Las remodelaciones son toda una hazaña, casi como mudarse caray!

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